Flota real de Solomon y Lydia

por Solomon Dom Dic 12, 2010 7:45 pm

Al siguiente día, luego de un suculento desayuno, el joven senador andaba más nostalgico que de costumbre, el nuevo amanecer sin embargo, parecia querer alentarlo, su suave brisa, fresca y algo fria, le devolvia el aliento perdido, era inusual, pues, nunca fue aficionado a los oceanos. Siempre pensó que tal pasión solo era afin a sus parientes lejanos, los Solo.

Las risitas de las comedidas nobles lo saco de su sueño, le permitia regresar por breve lapso a los tiempos en que veia disfrutar a Samantha entre los jazmines y rosales, a Richard intentando cabalgar, a su vida llena de lujo y confort, pero por sobre todo, de gozo y paz. Eso fue antes, ahora aquellos días solo era pleno recuerdo, que gracias a alguien, visualizaba frente a él.

Regresare Roma, y cuando lo haga. El mal habra desaparecido por completo, Roma regresara a ser la potencia que nunca debio dejar de ser, una ciudad perfecta.

Criaturas maravillosas se dejaban ver por entre la parte baja de la embarcación, aunque solo siendo sus sombas, no permitian considerar su tamaño colosal, algunos asustados se retiraron lamando la ayuda de los marinos, pero Solomon, actuaba distinto, algo le fascinaba, no conocia lo que era, pero estaba allí, tan claroy y diafano como los más puros manatiales de Roma. Las islas desaparecian, finalmente se veia un enorme monumento, era el foro de Alejandría, la maxima obra creada por Egipto desde la incursión romana, ahora ya sabía que su viaje terminaba, su trabajo comenzaba.

por Lydia Lun Dic 13, 2010 4:20 pm

Lydia se despertó con el olor a sal en sus fosas nasales, no le molestaba tanto el aroma puesto que ella en un día como el que se presentaba frente a ella; había nacido de entre la espuma para reclamar su trono como la más bella mujer que alguien pudiera tener la gracia de ver; sus sospechas sobre los planes malignos de Solomon tendrían que esperar un tiempo, puesto que ahora mismo era mejor que se encargara de mostrarse amable y confiable hacia su primo de modo que así el no desconfiara de ella y le dijera bien qué era lo que iba a hacer, aunque por ahí sabía que ella se molestaría en cualquier rato y perdería la paciencia, entoncese terminaría diciendo cosas precipitadas pudiendo arruinar su plan, pero nada de eso le importaba ya.

-Bueno pues... Toca no más pensar bien lo que hago, aunque seguro se me da mejor precipitarme como siempre- Lydia se vio en un espejo y suspiró porque no entendía cómo era que siendo tan hermosa no levantara de SOlomon ni el mal pensamiento- Ya está listo... Pues entonces a ver qué es lo que se me ocurre ahorita que suba a verle.

Lydia se puso de pie y usó solo un poco de su cosmos para cambiar su vestido, ahora este era negro con rojo y como siempre se pegaba bien a su cuerpo marcando sus curvas perfectas. Una vez que Lydia se vistió y se arregló el cabello, destrancó la puerta y subió a la cubierta para encontrarse con un hermoso cielo azul que a ella le daba hastío, un canto de aves que parecía iba a dejarla sorda y un mar que acompañaba al escándalo de esa mañana; ahora toda la alegría de Lydia se había disipado haciendo que la diosa pareciera un fantasma porque sus ánimos y su humor habían cambiado completamente.

-Buenos días primo... Dichosos los ojos que te ven... Alegre el alma que está en tu presencia y... Bueno tú sabes lo que sigue...- dijo la diosa en tono monocorde poniéndose al lado de su primo que aún seguía pareciéndole un ángel caído, cuya imagen ante sus ojos hacía que ella sintiera estar viviendo la peor de las torturas; viendo como las tierras romanas desaparecían de su vista al fin, dando paso al monumento de lo que decía en uno de los tantos libros que solía leer; el foro de alejandría.

-Que emoción estamos llegando... -Lydia revolvió un mechón de cabello negro con su mano derecha y luego de pensar unos segundos djo a su primo- Ya Solomon dime la verdad, porqué motivos yo estoy en este lugar... Con qué fines estás yendo a Egipto, y no me vengas con la mentira de que es por ROma porque sé bien que es por causa de Diva tu amante que estás en este lugar, pero no creo que sea solo por ella, algo más has de buscar obtener con esto.

Lydia preguntó esto de forma monocorde también, no había emoción alguna en su voz, su plan de mostrarse dispuesta a seguir a su primo hasta el haberno no había dado resultado no porque no pudiera hacerlo, si no porque no se le daba la gana dado que estaba de un humo pésimo. Iba a ayudarlo. Sí de eso no había dudas, pero si iba precisamente a ayudarle debía por lo menos sabar qué era lo que movía a ese hombre a actuar así, a ver si ella le copiaba y lograba encontrar su motivación.

-Mauritius... Seguro tu tienes razón... pero bueno entonces aprenderé a partir de este viaje...

De pronto la imagen de su amante ese senador que le había jurado amor apareció en sus pensamientos, estaba preguntándose qué sería lo que estaba haciendo en ese lugar, total aún Solomon no le respondía así que no estaba mal que ella se entretuviera un poco.

Off

El vestido es el de la segunda de la izquierda n.n

Spoiler:: [img]http://www.viamujer.com/wp-content/uploads/2008/11/grecian_goddess_drape.jpg[/img]

Hablo/Narro/ Pienso

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