Puerto Romano

Siete días en altamar sólo bastaban para que Alessa explotara en una melancolía silenciosa. La esencia de Hang ya hace algunos días atrás se había extinguido de entre su cuerpo; el sabor de su saliva ya no era deglutida entre su garganta; sólo el color de sus ojos era recordado en su mente cada vez que cerraba sus ojos… pues se parecía mucho al brillo de su armadura de estrella infernal.

Mañana de viernes, sin mes que recordar era así como Shlainn y Alessa arribaban en el puerto de la supuesta tierra gloriosa: Roma. El sol azotaba con una incandescencia entre los valles del derredor, la oleadas de viento eran cálidas y el sudor de sus cuerpo hacían hilos de caminos húmedos entre sus pálidas pieles.

Alessa era la primera en descender de entre las paredes de madera de aquel coloso barco, siendo recibida por el cálido céfiro que en oídos le susurraba una sinfonía monótona. La dama del pecado surcaba una sonrisa y con ello daba unos cuantos pasos hacia el frente adentrándose en el puerto para así tomar asiento en el quicio de las escaleras. Alessa fijaba la mirada en la silueta de Shlainn y con tranquilidad la llamaba con un movimiento peculiar de muñeca mientras decía:

-Acercaos mi querida pupila y admirar el firmamento de estas tierras, divisara qué diferencia hay entre el oxidante y el mundo negro en donde ambas nos hemos encontrado… ahora bien mujer debemos descansar ya que el viaje largo es y en verdad un tanto pesado y por desgracia tuya a pie lo daremos… ajaja

Dicho eso Alessa echó su cuerpo hacia tras y recargo su cabeza entre sus brazos cruzados admirando las nubes romanas, aquellas que hace algunas semanas había dejado de ver por cuestiones de viajes un tanto innecesarios.

Los segundos pasaban y su hermana lujuria accedía a la petición de descansar efímeramente antes de partir a las antiguas ruinas del palacio del gran Hades. Alessa suspiró y con ello siguió observando la cúpula celeste romana. Ahí el sol pegaba con más fuerza y el aire se avecindaba con ligero porte dulzón… cosa que en otro continente o mundo no existía. Y eso era de las pocas situaciones que hacían gustar de dicho pueblo por parte de la pereza.

Sin embargo su faz que derrochaba una extraña felicidad se disipó cuando este se contrajo remarcando un espasmo de dolor que embriagaba el sistema de Alessa. Dicha mujer abruptamente se levantó y con ello señaló a simple vista como se agitaba su respiración y la pupila de su ojo derecho se dilataba. De repente una vez más sus oídos sangraban y su cosmos energía se materializaba en una ligera aura en derredor de su silueta esbelta de colores añiles.
Tragando saliva y posando su mirada lastimera en la de su hermana lujuria costosamente se levantó del quicio de la escalera del puerto y con leve jadeo musitó:

-Este no es un buen lugar para seguir con mi entrenamiento de despertar de energía te sugiero que partamos de inmediato a las montañas o a otro lugar donde desértico de seres minúsculos estén. Ya que no pretendo hacerme responsable de la muerte de mortales insignificantes antes de tiempo mi querida niña, así que me adelanto ya que no aguanto más y no se cuanto pueda durar estando así.

Dicho eso Alessa se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia las afueras de la costa romana sin embargo demasiada tarde ya era. Ya que había retrasado demasiado días el despertar de su técnica y su cosmos ya no podía seguir dormido. Por lo que de entre sus manos unas ligeras novas cósmicas salieron disparadas circundando un enorme diámetro. Dicha energía al toca con los objetos y los seres vivos que había encerrado en la cúpula de energía hacían que se paralizaran y que lentamente perdieran color o más bien tomaran una pigmentación monótona grisácea. Alessa se quedaba con una posición curva observando el suelo mientras farfullaba con gran ira:

-Maldita sea no ahora… maldita sea ¿Shlainn? (dándose media vuelta y buscando a su hermana hasta que por fin la encontraba) ¡Shlainn… corre!

Gritaba con gran desesperación cuando de inmediato un abrupto sonido se disperso en ondas traslucidas desgarrando todo lo que tocaba al momento de su expandir. Alessa cómo pudo corrió hacia Shlainn y en un acto instintivo la abrazaba mientras elevaba su cosmosenergía y hacia una ligera cúpula de vacio que surcaba tanto a lujuria como a pereza siendo inmunes a la expresión de energía que se desarrollaba en su alrededor matando y haciendo desaparecer toda vida insignificante.

El sonido era en verdad atronador haciendo que por leves segundos Alessa perdiera el conocimiento y se colgara sobre el cuerpo de Shlainn, pero todo cambio cuando aquella explosión de ondas sonoras culminó. La pereza abría su ojo libre de parche y con ello divisaba la silueta de su hermana demasiado cerca de su cuerpo, causando que ésta se echara hacia atrás y callera al suelo sentada ya que odiaba de la cercanía mutua de seres ya fueran humanos o no… simplemente lo detestaba, aunque había excepciones como lo era Hang.

Bajando su mirada y posando su mano diestra extendida en su frente, ésta suspiró y con ello le dijo a Shlainn con un tono un poco alterado:


-Si se llega a enterar Ira me va a matar por no saber controlar mi energía a estas alturas. Shlainn ¿Estas bien, nada te afectó?

Alessa siguió observando el suelo arenoso a la espera de la respuesta de su hermana… mientras que de reojo divisaba el holocausto que había ocasionado con el alterar de su cosmos.

Un poco agitada Alessa escuchaba las palabras de su joven alumna, quien decía que ella la protegería si es que acaso Ira se molestara con ella con respecto a su descontrol de cosmos cosa que generó una sonrisa serena en la pecaminosa. Su vista jugaba con sus sentidos ya que de vez en cuando se tornaba borroso el rostro de Shlainn. La mujer del parche lentamente repasaba sus manos por sobre sus oídos limpiando así la sangre que emanaba de ellos para simplemente contestar apropiadamente a lo que lujuria segundos atrás musitó:

-Jeje… ¿es quizás que ya tengo quien me proteja? ¿Gran honor o una diversión?… aún así, gracias querida por tan sinceras palabras aunque seria te presentes al decírmelas… pero si es acaso que quieres hacer tal cosa para ello tienes que despertar tus poderes. Ya es momento de que nos vayamos de este lugar destrozado rumbo al antiguo palacio de Hades a tomar lo que te pertenece… tu armadura.

Alessa estaba demasiado adolorida por lo que estaba despertando en ella; no sabía como podía controlar aquel cosmos sin destrozar todo a su paso… para ella eso era signo de mediocridad el no tener control sobre las cosas naciendo una enorme rabia. Levantándose del suelo y sacudiendo la capa harapienta que cubría su cuerpo y ocultaba su armadura de espectro comenzó a caminar dejando atrás la silueta de Shlainn.

Nuevamente un escalofrió embriagó sus sentidos, anunciando así que otra ola de cosmos se despertaba en su cuerpo con respecto a su nueva técnica bélica. Elevando su cosmos ésta desaparecía de la pequeña plaza para así reaparecer en las costas del puerto romano. Cayendo hincada sobre la arena del lugar la mujer reposaba sus manos en tan poroso terreno mientras su respiración se agitaba y su cuerpo temblaba.

Hilos cósmicos surcaban la figura de la pereza haciendo que su capa comenzaba a despedazarse para que simplemente las rebabas de dicha prenda fueran arrastradas por el céfiro de aquel ambiente. Su rostro se contraía por los constantes espasmos de dolor que se arraigaban a su cuerpo.

La desesperación por fin despertaba en Alessa quien formaba sus puños como un acto de impulso. Rápidamente se levantaba y con una mirada desquiciante observaba el frente y elevaba su cosmos aún más generando que un torbellino de arena y aire le rodeaba avivadamente. Alessa formó un nova de energía en su puño derecho y con gran saña lo lanzó hacia le frente causando que un gran perímete se volviera monocromático, el sonido se cortaba de tajo y por fina la pecadora comprendía los beneficios de dicha técnica.

Posando ambas manos frente de ella con las palmas entreabiertas cerró su ojo derecho y con ello comenzó a tomar una concentración espiritual. Y abruptamente dicha estrella infernal abría su ojo produciendo el extender de una onda de vacio que tras explayase hacia el frente generaba el explotar de toda cosa que tocaba seguido de un apabullante sonido que ayudaba a engrosar dichas detones.

Aquel control de cosmosenergía era demasiado para su cuerpo por lo que culminando el despliegue de su técnica ésta caía hincada una vez más en la arena de la playa. Agitada observó hacia la derecha donde su hermana lujuria se mantenía divisando los hechos y con una sonrisa lastimera exclamó:

-Hasta que por fin lo comprendí… ya lentamente lo dominare… jejeje ¿no es sorprendente?… yo creo que sí (susurró)

Dicho eso y tras el pasar de una corriente frenética de aire caliente la dama desapareció reapareciendo a un costado de Shlainn, suspirando y tomando la mano de la de cabellos largos y pardos no dijo más y comenzó a caminar dejando aquel puerto rumbo a las montañas del imperio Romano.

Post quinto de seis con respecto al tema: Despertar de segunda técnica fuerte
Elemento: Sonido.