Salón Principal

por Samantha Mar Ene 18, 2011 6:45 pm

Por lo menos el lado este de lo que había sido en eras pasadas el Palacio del Caos y la Discordia, por fin estaba totalmente reconstruido, por lo que Samantha acelero el paso, adentrándose entre los oscuros pasillos, el vacio del lugar era eminente, por lo que sus pisadas resonaban por doquier en un estrepitoso e incomodo eco. En aquel lugar el aire ya no corría de la misma manera, además ya no era cálido y reseco… al contrario, se había vuelto un poco sereno y gélido, provocando el constante temblar de su cuerpo. Mas todo cambio cuando dicha Diosa de linaje primordial, elevaba delicadamente su cosmos, derrochando su cálido perder para así poner en un ambiente mejor el clima de aquellos oscuros y húmedos pasillos.

Su caminata culmino frente a una enorme entrada de vidrio negro, pulido y finamente delineado con acabados dorados, los cuales dibujaba toda una historia de guerra y destrucción, Samantha simplemente sonrió y reposo su mano derecha en aquel vidrio soplado, para que tan solo con un leve esfuerzo abriera las puertezuelas, las cuales expedían un fogonazo de luz incandescente que segaba efímeramente a la Diosa.

Sus vista se ponía un poco llorosa y borrosa, por lo que Samantha repasaba sus manos para así hacer su mirada un poco límpida, quedando maravillada al ver el hermosos cuadro que tenia en frente, las paredes eran de mármol finamente pulidas y pintadas con colore violetas amarillos, rojizos tonos y unos tantos azules… haciendo así una hermosa pintura de un ocaso y un jardín solitario.

Mas su mirada no estaba atenta a todo lo que en verdad adornaba la extensa sala, pues estaba mas distraída admirando su viejo y enorme trono color caoba, con una cantidad exagerada de piedras presionas, Samantha como pudo se acerco a dicho asiento magistral, repasando su diestra en las formas curvilíneas, para así surcar una sonrisa, dar media vuelta y echar su cuerpo hacia atrás, cruzándose de piernas, recargando su cabeza en la espalda del acolchonado y terciopelado trono, mirando el frente esperando la enterad de sus Fantasmas.

por Sheznarda Mar Ene 18, 2011 8:15 pm

Corriendo a gran velocidad y casi sin aliento llegó al final a la sala del trono la fantasma del hambre, claro que pudo hacer pasado por la entrada por el jardín para llegar ahí, pero decidió ser tan poco ortodoxa como siempre y entrar por la gran ventana de la sala del trono llevando la caja de su armadura como si fuera una mochila.

La sorpresa no pudo evitar apoderarse de la fantasma del hambre, puesto que el templo en pocos segundos se había reconstruido de forma bastante radical, las paredes estaban como recién hechas, los pasillos estaban limpios y oscuros dando a entender que había varias estancias en ese lugar, eso era lo que podía ver de lejos, porque su atención se posó ahora en otro ser; un ser hermoso que reposaba graciosamente en un trono perfectamente hecho y lleno de joyas, una mujer bella de cabellos cortos con un cosmos exquisitamente violento que anunciaba muerte y desesperación, mucho mejor que el del mismo hades. Su querida diosa de la discordia que usaba como recipiente el cuerpo de Samantha, Eris.

-Mi señora lamento la demora y la entrada a este lugar, pero es que estaba ansiosa de verla, en serio le juro que he venido en cuanto sentí su cosmos.

Sheznarda dijo esto mientras caminaba con rapidez y se arrodillaba frente a su deidad sin mirarla a los ojos porque ella no le había dado la autorización para poder hacerlo, y no quería que ella se sintiera ofendida por ese atrevimiento suyo.

por Samantha Miér Ene 19, 2011 10:04 pm

Samantha yacía sentada perdiéndose entre la realidad la fantasía en su mente, cuando un sobresalto la trajo de vuelta, pues un ruido escabroso invadía y resonaba por entre las pulidas paredes del salón principal del templo de la discordia.

Su mirada que reflejaba un poco de miedo, se dirigió hacia donde el sonido había nacido, su sorpresa era que dicho rugir era provocado por la entrada extraña que hacia el fantasma del hambre, Samantha no pudo evitar y una carcajada hizo resonar, después suspiro y tan solo siguió con la mirada los pasos de aquella guardiana.

Después de que la ladrona de cabellos rubios admirara con gran asombre la belleza que se derrochaba, gracias a la presencia de la diosa. Sheznarda como se hacía llamar aquel fantasma de Eris, se expresaba pidiendo disculpas por la tardanza y la forma un poco grotesca de su entrada, Samantha simplemente le veía con una sonrisa dibujada, después decía el por que había hallado este lugar, acto seguido se arrodillaba con gran respeto, a lo que Samantha por fin contesto:

-No te preocupes mujer, me alegra verte por fin en este lugar, y aun mejor cargando ya tu armadura de fantasma, lo único que se me hace extraño es que no esperasteis a que Flori fuera por vosotros, espero y esa mujer no se ponga temperamental… pero bueno que se le va a hacer… pero mujer levántate que no eres esclava ante mi mirada… mas que un fantasma amiga eres, y sacúdete tu bellas prendas y acércate a mi, toma asiento en mi costado izquierdo y con tranquilidad habla conmigo en lo que llegan lo demás.

Samantha lamio sus labios y giro su rostro para clavar su mirada en el paisaje que se esbozaba entre el enorme ventanal, mientras esperaba a que Sheznarda le hiciera caso a su sugerencia.

por Sheznarda Dom Ene 23, 2011 12:04 am

Sheznada escuchó lo que decía su diosa acerca de su entrada poco ortodoxa, no estaba para nada enojada con ella y no le exigía tampoco las reverencias exageradas que ella misma le estaba haciendo por lo que le solicitó que se pusiera de pie y se sentara a su lado porque era su amiga y no su sirvienta, esto hizo que una sonrisa se pintara en el rostro de la ladrona quien ahora estaba de mejoras ánimos que antes.

De pronto le pareció algo divertido que no haya esperado a su hermana sino que se hubiera precipitado al ir a verla, pero ya sabía que Sheznarda era así por lo que mas bien, solo deseó que su hermana no ofendida por el procerder de la ladrona de cabellos dorados, la fantasma del hambre.

-Cielos no esperé a mi hermana, lamento mucho esto, pensé que ella estaria aquí con usted- Sheznarda dijo esto mientras arreglaba sus cabellos y se acercaba al trono de la diosa de la discordia para sentarse a su lado izquierdo, luego de contemplar unos momentos a su diosa, quien lucía más hermosa y fuerte que antes, no había duda ella era una deidad excepcional.

-Bueno espero llegue pronto con nosotros, me alegra mucho tenerla conmigo- La ladrona sonrió y se recostó un poco mientras tocaba la mano de su diosa y esperaba por la llegada de su hermana la fantasma de la muerte, esa chica tan estricta pero tan buena y amable con los suyos, estaba segura de que aunque fueran pocos, por su unidad y templanza iban a ser los mejores, incluso iban a ganarle a los caballeros de Athena, no iba a rendirse nunca con ellos, iba a hacerles pagar cada afrenta a su diosa con ayuda de sus hermanos, quiernes compartían el mismo fin con ella.

por Samantha Dom Ene 23, 2011 12:55 pm

Samantha en silencio escudriñaba toda acción de aquel ser femenino, el cual portaba con gran orgullo su armadura de hambre, la diosa que estaba demasiada pensativa, pues no sabia como proceder a su acciones de conquista, tragó saliva mientras que la ladrona se sentaba a su lado izquierdo, hablaba una ultima vez y acariciaba con gentileza la zurda de Samantha, esta ladeo su rostro y se quedo fija mirando como era acariciada, para después suspirar y por fin hablar:

-Sheznarda, tu como un mortal en contra de sierras facetas de esta asquerosa sociedad ¡que seria mejor que hiciera como diosa? No te pregunto por que no sepa, pero quiero que este reino demócrata sea, así que necesito tu opinión y aceptación a proseguir con una guerra… o por lo menos encararme con toda confianza y decir si la guerra es el mejor medio para nuestra felicidad.

Después de eso, la mujer echó su cuerpo hacia el lado izquierdo, le sonrió a su quería amiga y con la diestra que despejada estaba, comenzó a acariciarle sus largos caballos color de oro, mientras que sus ojos solo fijaba en la fisonomía fina de su rostro. Aun aquí Samantha se presentaba demasiado pensativa por lo que en mente aquella se cuestionaba:

-Por que siento que todos mis fantasmas están con mucha inocencia, por que cuando los veo no puedo decirle: Vayan a la guerra y ataque en nombre mío… no se, me siento débil para decir tales ordenes, como mandar a seres que son devotos a mis ideales ¿como? Seria algo demasiado crudo por parte mía…así que tengo que hablar seriamente con cada uno de estos fantasmas… Flori lucha conmigo hasta el final, aquella mujer morirá me dará el honor de cruzar el abismo a su lado. Sheznarda… ella no, ella debe de vivir para estar a lado de su hombre, para ser feliz.

Samantha suspiro y estática se quedo, esperando la respuesta de su gran amiga… la fantasma del hambre.

por Sheznarda Dom Ene 23, 2011 3:34 pm

Sheznarda se puso a pensar en cada una de las cosas que serían buenas para el reino de su querida diosa, Sheznarda como fantasma del hambre estaba más que nada interesada en que su diosa estuviera feliz, mientras esto pasara todo lo demás vendría por añadidura para ella, como los permisos para ver a su amado o los descansos luego de un duro trabajo exhaustivo; con algo de ternura la fantasma miró a su diosa y luego de suspirar con un sentimiento casi extasiado dijo en voz baja:

-Creo yo que como diosa de la discordia una guerra contra el santuario sería buena, pero para que usted no quede totalmente implicada en el asunto puede aliarse con algún dios que haga todo el trabajo por usted, de esa manera usted podría sólo sentarse a ver los resultados de su obra; usted es de lo más inteligente y seguro logrará que algún dios haga exactamente lo que usted deseaba a base de engaños.

El fantasma del hambre levantó su mano derecha y acercó su mano hasta el cabello de la diosa de la discordia para acariciarlo con cariño, luego de pensar otros segundos más suspiró y empezó a decir lo siguiente:

-Sea lo que sea mi querida diosa usted es la que manda y si la guerra la hace feliz entonces debe ir por ese fin, si no le gusta y decide esperar un poco también cuenta con mi apoyo, la cuestión es que usted se sienta contenta., y si con luchar hasta que el enemigo caiga usted se siente complacida entonces contará conmigo para ello también, porque con ese fin es que yo estoy en este lugar y a su lado.

Sheznarda ahora guardó silencio y observó a su diosa, estaba más pensativa de lo normal y al parecer no tenía en claro lo que iba a hacer, o no había pulido bien la idea, lo comprendía, seguro ella quería que las cosas le salieran bien y para eso tenía que parar un poco y no precipitarse porque eso podía llevarla a la confusión, por lo que al final era normal que ella estuviera buscando una opinión por parte de alguien del reino, con eso puliría más sus ideas y formularía un plan diez veces mejor.

por Samantha Mar Ene 25, 2011 2:24 pm

-Puede y que sea un plan perfecto mí querida fantasma del hambre, Sheznarda…puede y que así lo sea.

La diosa de la discordia decía después de todas aquellas palabras inteligentes por parte de la rubia ladrona, suspirando y llevándose el dedo índice de la mano derecha a su boca, la mujer se quedaba aun más pensativa, para así cuestionarse en mente de las posibles prologas de su plan:

-¿Ataca el santuario? ¿Trabajo sucio que tan solo mirare con regocijo entre mi trono? ¿Aliados?… la verdad no se si esto sea algo que valga la pena, pues ¿por que atacar primero al santuario? (surcando una macabra sonrisa) si puedo empezar con algo sereno, como un Apolo o una Afrodita… que son los mas llamativos en este momento de cosmos, pero también cabe la posibilidad de que me alié con ellos. ¿Qué seria lo mejor a todo esto?

Suspirando y soltando los cabellos de su acompañante, la diosa de la Discordia Samantha, se recargaba en su trono, cruzándose de piernas y mirando el techo adornado de su palacio, aquella una vez mas hablo:

-Sheznarda linda mía ¿soportarías ver que tu diosa se aliara con Apolo y Afrodita? para así conllevar con más tranquilidad una invasión global en estas tierras mortales y en el mismo Olimpo.

Samantha un poco mas alivianada relamió sus labios grueso color turquesa, se levanto de donde yacía sentada toda ida en sus planes, comenzando así a caminar en círculos esperando con gran impaciencia la reacción de su gran amiga Sheznarda, pues con lo que digiera ella y que también Flori aceptara, comenzaría así a moverse para hacer los planes de aliados entre varios reinos.

por Sheznarda Mar Ene 25, 2011 4:10 pm

La fantasma del hambre observó a su diosa quien aún estaba pensativa, es que tenía que tomar decisiones correctas, más que todo si quería que todas las cosas salieran de lo más geniales y adecuadas a sus planes, claro que ella no tenía conocimientos de los planes de su diosa la terrible Eris y diosa de la discordia.

Una pregunta algo difícil de contestar para la fantasma porque no estaba en la calidad de los dioses para poder entender el proceder de los seres divinos, pero ya que le estaba pidiendo su opinión, no sólo su diosa sino también su amiga, por lo que aunque no supiera nada tenía que dar una opinión acerca de la opinión que quería escuchar de ella.

-Bueno pues yo creo que si usted ve que esos dioses pueden servir para sus fines, es usted libre de aliarse con ellos y utlizarlos a su antojo con su inteligencia superior, entonces creo yo que es buena idea, además que el ejército de esos dioses insignificantes es minúsculo, por lo que pienso yo que ellos estarán deseosos de formar alianzas con alguien que seguro estarán dispuestos a acatara cada petición suya, y usted seguro sabrá aprovechar eso... Aunque...

Sheznarda guardó silencio y miró a su diosa y la miró con adoración puesto que la quería muchísimo y quería ver que ella tuviera una expresión alegre en su rostro, pronto vio como ella se levantó y empezó a dar vueltas en círculos esperando con impaciencia la respuesta que Sheznarda la fantasma del hambre tenía para ella, porque bien claro estaba que ella no había terminado de dar una respuesta concreta.

-En realidad eso va con su decisión y su criterio, pero mi pesar sería de verdad si al final tendría que obedecer también a esos dioses porque son sus aliados. Dígame eso pasaría en caso de una alianza?

por Samantha Jue Ene 27, 2011 3:53 pm

Samantha daba vueltas mientras escuchaba el discurso de su fantasma de hambre y buen amiga Sheznarda, lo ultimo que aquella mujer de largos cabello de oro dijo, hacia que dicha diosa se detuviera y suspirada un poco nostálgica por lo escuchado, dando una media vuelta y caminando hacia donde la ladrona yacía sentada, esta se encorvo y tomo su mentón para así surcar una sonrisa y decir:

-Sheznarda, claro que no, esa seria mi condición de alianza, pues mis fantasmas están sobre todas las cosas hasta de mi propia vida, mujer yo quiero limpiar este mundo e porquería para que cuando me vaya lo haga con satisfacción al ver que entrego tierras serenas en las cuales ustedes ms hijos vivirán felices hasta el ultimo día de su existencia… ya se lo dije a Flori y ahora ye lo digo a ti, lo único que quiero es verlas contentas mis niñas. De lo de los demás dioses yo me encargo tu de eso no te alteres.

Culminando su respuesta Samantha soltaba el mentón de la fantasma para así besare la cabeza dar media vuelta, alzar su rostro viendo el techo una vez mas, surcando ahora ya una mas tranquila sonrisa, echando sus brazos por detrás de su espalda y jugando con sus pies la diosa decía:

-Mujer siéntete con gran fortuna este día, pues apenas hablemos de este tema con Flori y lo apruebe te iras al mundo mortal a dar una invitación a los dioses que te diga que tengas que visitar, después de eso tendrás un día completo… recuérdalo un día completo para ir a ver a tu amado hombre.

Culminado eso la diosa del caos y la discordia se sentó en su trono, poniendo sus manos, en cada costado de enorme silla, se cruzo de piernas y miro el frente con gran seriedad esperando con impaciencia el dialogo de Sheznarda y a entrada de su fantasma de la muerte, Flori.

por Pandora1 Vie Ene 28, 2011 7:58 am

Había recorrido un largo camino para encontrar a mis hermanos fantasmas pero fue en vano, ya que no encontré rastros de ellos, al parecer ya se habían marchado del supuesto sitio en donde estaban, aunque eso me ofendió un poco tuve que entenderlo, tal vez yo había tardado mucho tiempo y ya no podían esperar, tal vez estaban ya con la diosa de la discordia pero era extraño, llegando a los territorios del templo principal solo sentía el cosmos de Shezznarda, y no había visto a Aramse por ningún sitio, pero no me importó demasiado en ese mismo momento, ya que lo que más quería era llegar hasta donde mi diosa para informarle. Caminaba lo más rápido que podía, ya lograba sentir esa extraordinaria y cálida presencia que inundaba mi ser, nada más ni menos que el mismo cosmos de Eris que ya se encontraba en su palacio de la discordia. Me sonreí pues me llenaba de felicidad el hecho de regresar junto a ella, me hacía feliz estar cerca de mi diosa. Era hermoso el lugar, solitario, rodeado por plantas y fuentes e imponente en el frente se mostraba la enorme edificación que por fin de había reconstruido esplendorosa. Caminé a paso rápido cargando en mi espalda la oscura caja contenedora de mi armadura de la muerte mientras fijaba mi vista en la entrada del lugar, de la cual cada vez estaba más cerca.

Minutos más tarde me detuve frente a la gran puerta de entrada, acerqué mi mano con cuidado y empujé fuertemente, abriendo el portón. Por dentro era un sitio hermoso, decorado y pintado con colores extravagantes, las columnas de piedra se alzaban sosteniendo la edificación, un largo pasillo se mostraba luego de una gran sala en la entrada. Me adentré en el lugar, caminando por aquel pasillo hasta el final. Al fondo pude verlo al fin, estaba Samantha platicando con mi compañera del hambre, no sabía de que hablaban pero decidí entrar, caminando lentamente hasta en frente del gran trono donde sentada estaba la diosa. Agaché un poco la cabeza en forma de saludo, cerrando los ojos por un momento, con un gesto de respeto como siempre al dirigirme a ella y entonces dije:

-Aquí estoy mi diosa...- Dije dirigiéndome a Samantha y luego observé a mi compañera Shezznarda y dediqué unas palabras a ella -Fui en tu búsqueda, no sabía que ya estabas aquí... lo siento si tardé mucho tiempo y ya no pudiste esperarme, hermana del hambre...- Dije seguido de una amigable sonrisa dirigida hacia ella. Me disculpaba con mi compañera por mi tardanza. Entonces volví a fijar mi vista en los ojos de la diosa que se encontraba sentada. -¿Cuales serán sus próximos planes para con nosotros, mi señora? Estoy ansiosa por ayudarle en lo que pueda...- Ya estaba ansiosa por recibir ordenes de Eris, quería hacerla sentir cómoda con mi presencia, quería ser una buena fantasma y que mejor forma que tratar con respeto a la diosa, a quien ya conocía hace mucho tiempo, quien era mi amiga también.

por Alucard Vie Ene 28, 2011 10:48 pm

Ela aire se torna frio y , un silencio en el salon se hace presente , un destello de luz surca el cielo y un macabro cosmos se hace sentir , y una diabolica risa se hace escuchar de entre el silencio del alva , una figura se empiesa a dibujar conforme se acerca al las ruinas del templo de la discordia y pasando por alto aquellas estructuras caidas , el destello de luz se hace presente en el salon principal donde se encunetran , sus hermanos y su diosa , con un fuerte golpe de energia el destello cae, una poderosa energia se empiesa a sentir , una figura atletica se empiesa a ver al disiparse el destello de luz , me levanto y mirando a mi alredero , pongo una sonrisa , al observar hacia todos lados veo a mi diosa en lo alto del salon caminando hacia ella me detngo frente a ella , y arrodillandome , con mi cabeza baja digo

diosa mia perdon por la tardansa he llegado , tu fantasma del rencor ya esta aqui , el hombre que tenia este cuerpo a desedido fusionarse con mi alma y aceptar su estino como rencarnacion mia y heme aquei para servirle y acompañrle asta el mismo infierno si asi me lo pidiese , hermanos he llegado para ayudarlos en las tareas que nos mande nuestra diosa eris y bueno que mas desir rencor a llegado .

Vaya el lugar no ha cambiado mucho , y mis hermanos se ven fuetres y en forma estea sera una era muy divertida para mi claro , espero poder asesinar muchos santos me la deven . ( levantando mi cabeza esperando respuesta de mi diosa )

por Samantha Vie Ene 28, 2011 10:54 pm

El silencio se volvía un poco incomodo, pero todo cambiaba cuando la puerta de aquella enorme sala se habría proyectando así la silueta de una pequeña dama, era Flori la fantasma de la muerte y gran amiga de la Diosa del Caos y la discordia, se presentaba ante ellas y hablaba disculpándose de la tardanza y el no poder interceptar los caminos con Sheznarda.

Eris en silencio escuchaba y dejaba que Flori se disculpara con Sheznarda, acto seguido aquella pequeña mujer cuestionaba de las siguientes labores de su dios, a lo que con una sonrisa serena Samantha contesto:

Ven y siéntate a mi lado izquierdo quería dama de la muerte, pues es algo muy interesante lo que te voy a platear, e tenido la incitativa gracias a Sheznarda claro (ladeando el rostro y viendo al fantasma del hambre a quien le exponía una sonrisa de lado a lado) de que como vuestro ejercito no esta bien concreto aun, podemos aliarnos y mover a dioses mas estúpidos como mis peones en esta lucha que realizare al santuario, las victimas de mi juego serian Apolo quien nació en mi hermano mellizo Richard y una mas inteligente a quien respetaría mucho seria Afrodita quien nació en mi querida y muy amada prima Lydia. No se si tu lo veas conveniente pero es algo que nos ayudaría a reinar en este mundo infestado de parásitos mortales inservibles, necesitó tu aprobación para mandar a Sheznarda a dar las invitaciones a que visiten nuestro cálido palacio de Discordia…

Dicho eso Samantha espero la respuesta con impaciencia pero sus ojos se desviaron al frete, pues un torrencial de aire caliente se materializaba formando así la postura de un hombre robusto… era Alucard quien se presentaba, extrañando a la diosa, este se disculpo por su tardanza y se hinco ante ella demostrando sus respetos, tal parecía que habían muerto por fin los sentimientos que existían entre aquellos dos como esposos y amantes… Samantha fruncía su gesto pues molesta estaba pero no iba a hacer una escena en frente de sus damas de compañía, suspirando y después cerrando los ojos, Samantha contesto:

-¡Es un milagro! el gran fantasma del rencor por fin se aparece, pero que ofensa para su diosa ¿no lo cree fantasma del rencor? nosotros necesitándolo y usted demostrando su debilidad en no poder despertar… jummm ¿quiere usted ayudarnos? (levantándose y caminando hacia el, tomándolo de su mentón con gran fuerza y alzando su rostro) Aun le falta demasiado, ni tiene su armadura, debe de luchar duro si quiere estar a lado de su diosa… sus demás hermanas se esmerados ¿pero y usted? lo deja todo al ultimo es una vergüenza fantasma del rencor… su honor esta por los suelos debe de levantarlo y demostrarme que quiere servirme… además (acercando su rostro a su oído para así susurrarle… solo para el) Te necesite demasiado en estos días y tu no estuviste… se supone que somos esposos Alucard y no estuviste ahí, me humille ante Solomon por defender nuestra unión, me denigro a una loca zorra y aparte me abofeteo ¿y tu donde estuviste? Así que tardara mucho para que de nuevo vea en ti confianza… vete Alucard a mis aposentos por favor, tenemos que hablar mucho de esto no quiero que Flori y Sheznarda se den cuenta que nuestro matrimonio esta fracasando, aun quiero creer que se puede rescatar o terminar de la mejor manera… por favor amor.

La mujer se despegaba de el y le sonreía, dicho aquello daba media vuelta y se sentaba de nuevo en su trono mirando con seriedad al fantasma del rencor le decía por última vez:

-Tiene mucho que aprender aun para poder llevar su armadura querido, así que luego lo discutiremos, por el momento vaya a mis aposentos y acomódelos como deben de ser… pues su dios ya esta cansada y desea dormir al lado de su marido… vaya por favor y no refute.

Volteándose a ver a Flori:

-¿Que le parece lo de aliarnos con Apolo y Afrodita?

por Sheznarda Sáb Ene 29, 2011 11:48 pm

Sheznarda escuchó lo que decía su hermana la fantasma de la muerte, estaba sintiéndose un poco mal por haber sido tan egoísta de irse así no más sin esperarla, pero la verdad era que ella quería ver primero a su diosa, cosa que no iba a negarle nadie, ni siquiera la espera por su hermana. Todo este asunto pasó a segundo plano puesto que se había puesto contenta al ver que su diosa tomó en cuenta una sugerencia dada por ella, pero lo que más le gustó fue el saber que no tendría que obedecer a otros dioses porque ella pondría esta condición en su alianza.

-No te preocupes yo he sido bastante impaciente por eso me he ido sin esperarte.

ASheznara dijo esto y guardó silencio inmediatamente puesto que, algunas palabras fueron dirigidas hacia su querida hermana, pero la dama el hambre no se interesó en escucharlas porque era la misma pregunta queella había respondido antes, además de que estaba muy interesada en el premio que le daría su querida diosa, el cual era un día entero para que ella pudiera ver a su amado hombre, ese ser con el que soñaba despiertadesde que lo dejó ahí en ese jardín de la villa de Samantha, por todos los beneficios que Eris le daba y por lo buena que ella era con la fantasma del hambre, Sheznarda no podía defraudarla jamás, pasara lo que pasara.

Con algo de aburrimiento observo la llegada de su inútil hermano el fantasma del rencor, el cual fue el autor de una de sus tantas sonrisas maliciosas al ver la forma en la que al diosa lo estaba humillando frente a los demás; y es que era cierto, el fantasma del hambre hambre tenía una personalidad un tanto traicionera con sus otros hermanos y siempre disfrutaba de la humillación que este sufriera.

-Mmmm mi hermano el fantasma del hambre verdaderamente es un inútil, creo que lo mejor sería que yo me ofreciera e entrenarle para poder darle unos cuantos gopes...- Pensó Sheznarda con malicia, pero abandonó la idea porque tenía cosas más interesantes en qué pensar.

Narro/hablo/ pienso

por Pandora1 Dom Ene 30, 2011 12:50 am

Estaba parada justamente frente al trono en donde la diosa de la discordia se encontraba sentada. Volteé al escuchar la voz de mi hermana del hambre que rompía por fin el silencio que se había formado. Contestando de una manera amable a mis palabras de disculpas. Tan solo mostré un pequeña pero notable sonrisa ante aquellas oraciones, sin mensionar nada más, no hacían falta más palabras en aquella situación. No tardé mucho en volver a fijar mi vista en los ojos de la diosa que estaba a punto de hablar, y así fue. Pidiendome que me diente a su lado, quería hacerme una propuesta importante, que había hablado antes con Sheznarda. Entonces asentí con mi cabeza para luego dirigirme hacia el lugar, reposando mi cuerpo en un pequeño sillón que estaba al lado del trono de la diosa.

Samantha comenzó a hablar luego de una pequeña pausa, sus planes fueron muy claros ante mis oídos, lo que ella pretendía era mover a otros dioses a su voluntad para que nos sean de ayuda en la guerra. Eso me parecía perfecto para poder acomodar nuestras fuerzas, ya que el ejército fantasma todavía no estaba formado del todo, pues, metafóricamente faltaban algunos pilares para dar la estructura perfecta al ejército. Los principales objetivos eran Apolo y Afrodita, dioses que habían tomado los cuerpos de personas bastante cercanas a Samantha, eso podía ser una ventaja, asique no tuve que pensar mucho una respuesta cuando ella acababa de hablar. Pero justo cuando iba a contestar algo ocurrió que no me permitió decir nada por el momento.

Aparecía la figura de un robusto hombre a mi lado, era el mismo fantasma del rencor, alguien que por el momento había sido inútil segun las palabras de la diosa, que lo regañaba sin más. Yo solo observaba aunque no prestaba mucha atención a las palabras pues era un asunto de él tan solo, yo no me veía involucrada en nada. Pronto la diosa se lñevantó de su reposo para acercarse al muchacho. Le susurró algunas palabras y luego de unos minutos regresó a su trono. Y luego de algunas oraciones más dirigidas al fantasma del rencor volteó hacia mi y volvió a preguntarme acerca de la anterior pronpuesta. A lo que decidí contestar lo que iba a decir anteriormente, suspiré primero y mirando a Samantha dije en un tono serio:

-Ya veo... una alianza... en mi opiñión es una excelente idea, ya que aún nuestro ejército no esta bien firme, aun somos algo vulnerables... sería inteligente unirse a otros dioses para que nos ayuden a crecer, siempre y cuando no permita que nos dominen...- me preocupaba simplemente eso, que aquellos dioses con los que Eris planeaba formar alianza quieran tomar el control sobre los fantasmas pero por otro lado sabía muy bien que nuestra diosa nos apreciaba demasiado y no permitiría nunca que eso ocurra -¿Entonces Apolo y Afrodita? Por mi parte apresio la idea, mi señora, me parece perfecto para este momento... y si es su decidión la apoyo siempre... por mi parte no estaría mal una alianza, pues hay que elaborar nuestros planes futuros con rapidéz y astucia...- Fue lo último que mensioné con respecto a la propuesta planteada por Eris, yo estaba completamente de acuerdo con la idea, no iba a interponerme por nada; si mi diosa creía que eso era lo correcto por algo era y sabía que ibamos por buen camino.

por Samantha Dom Ene 30, 2011 12:55 pm

Samantha suspiro muy aliviada el escuchar la aprobación de su fantasma y mano derecha Flori, con una sonrisa de lado a lado la mujer una vez mas se recargo en su trono, cruzo sus piernas las cuales levemente se desnudaban, pues sus prendas se alzaban un poco, mirando el techo toda extasiada de la disposición de sus subordinarías dijo con gran temple:

-Muchas gracias mis niñas, os juro que les entregare este mundo limpio para antes de yo parta a dormir… ustedes son las mujeres mas importantes de mi vida… todos mis fantasmas, pero ustedes son mis amigas a lo cual les regresare el favor de estar a mi lado peleando sacrificando su felicidad por el bienestar de una Diosa, les juro que los que se alíen conmigo no tendrá poder ante ustedes, pues son superiores frente a ellos.

Suspirando y cerrando los ojos la mujer de cortos cabello azulados turquesa, se carcajeo tiernamente y dijo:

-Bueno mi querida ladrona rubia, es momento de que vaya y busque primero a Lydia, diosa del amor, para asid darle un pequeño recado que será el siguiente, tome usted mucha atención a cada palabra que os doy: “Querida prima Lydia, y ahora diosa Afrodita, yo su fiel seguidora y muy amada prima Samantha, reencarnación de la discordia, le invito con gran humildad a que me visite en las lejanías de Grecia en los restos del palacio de la discordia, pues deseo tener una reunió con usted y plantear algunos puntos que tan solo usted y su inteligencia podrá darme consejo… espero y no rechace vuestra humilde petición, discúlpeme usted por no ir personalmente a su encuentro queridas prima, pero en este momento las manso las tengo atadas a asuntos del reino, es pro eso que mande a una persona de gran confianza, mi querida fantasma del hambre… sin tanto mareo le agradezco por su atención y espero su aprobación esta humilde invitación”

Samanta aclaro su garganta reseco con un leve tosido, suspiro y fijo su mirada incierta al frente donde Alucard yacía, tomo un gran soplo de aire, surco una nefasta sonrisa y giro hacia donde estaba Flori, cerrando los ojos aquella se expreso por ultima vez:

-El mismo recado pero con las palabras cambiante donde deben de ir con respeto a mi mellizo Richard, mi querida fantasma de la muerte… Así estarán las cosas pues no al quiero dejar sin hacer algo, Hambre ira con Afrodita y usted muere con Apolo, mientras yo me quedo con rencor discutiendo seriamente de la situación que nos margina… (Dando giro a su rostro viendo ahora a la ladrona rubia dijo) y usted tiene mi permiso para estar un día completo con su amante … (retomando una posición imponente y viendo el frente) ahora vayan mis queridas fantasmas y no tarden que su diosa las necesita en este reino a su lado.

por Sheznarda Dom Ene 30, 2011 2:17 pm

Sheznarda escuchó las instrucciones de su superiora, era un tanto raro que la mandara así no más a buscar a su prima, pero sabiendo que ella tenía que arreglar a solas una situación con el fantasma el rencor, el mandarlas de inmediato era matardos pájaros de un solo tiro, lo único que era dificultoso de esta tarea era el tratar de buscar a la escurridiza prima de su diosa, quien seguro estaría en muchos sitios y en ninguno a la vez, porque así de rara era la diosa del amor y la lujuria; pero nada de esto era tan relevante para ella, porque eso era una orden muy fácil de cumplir, lo que hacía que el corazón de la ladrona se exaltara era el saber que al fin vería a su amado Jabranth en quien no había dejado de pensar.

-Muy bien mi señor yo iré a ese lugar tenga por seguro que el mensaje llegará a esa joven diosa, no sé cómo pero lo lograré- Sheznarda anotó todo lo que tenía que decir y luego así de la nada se puso de pie para marcharse de ese lugar, sin embargo no era su costumbre irse así no más sin despedirse, porl o que primero se acercó a su diosa y le dio un abrazo con mucho cariño luego, se separó de ella y se alejó para hacer una reverencia a sus hermanos y sonreir, porque ya había llegado el momento en el que ella tendría el tiempo para ir a buscar a su amante quien seguro estaría contento de verla.

-Bueno pues tocará ir a buscar a esa joven diosa y le daré el mensaje que tanto necesia ser entregado, espero sea inteligente y acepte ir donde mi señora- dijo Sheznarda en voz baja mientras apretaba entre los dedos de su mano derecha el dije del collar que le había dado su berseker y salía por la ventana del salón principal, ya que no estaba tan acostumbrada en salir por las puertas o salidas normales, eso sí era demasiado humano.

por Pandora1 Dom Ene 30, 2011 6:52 pm

La diosa de la discordia volvía a reposar en su gran trono, ahora contestando seriamente a nuestras aprobaciones con respecto a lo que la alianza. Poseía una sonrisa de alivio en su rostro, eso me hacía sentir muy bien, pero muy pronto ella comenzó a hablar nuevamente después de un suspiro, diciendo unas cuantas palabras a mi hermana del hambre, quien se veía que atendía demasiado bien al recado que la diosa le dejaba en sus manos, su misión principal era la de encontrar e invitar al templo de la discordia a la diosa Afrodita quien habitaba en el cuerpo de nada más y nada menos que la prima de Samantha. También escuchaba con atención pues era algo muy interesante, tendríamos que ir en busca de aquellos dioses con los que Samantha iba a tener una charla.

Luego de acabar sus palabras hacia Sheznarda dirigió su mirada hacia mí. Comenzó a soltar algunas oraciones, comprendía que debía ir en busca del dios Apolo, quien habitaba en el cuerpo del mismo mellizo de Samantha, a quien yo conocía de tiempo antes, quien fue mi amo a penas había llegado a la villa Adriana, antes de que Samantha me tome como su mano derecha en los asuntos de alta magnitud. Entonces en mi mente pensé que no iba a ser muy difícil hablar con él, pero lo difícil iba a ser encontrarlo, no sabía donde iría primero pero debía hacerlo, era una tarea que me había ordenado la diosa Eris y no tenía intención de desobedecer a tal. Al acabar asentí con la cabeza y con una sonrisa en el rostro contesté.

-Como usted ordene, mi señora, iré en busca de Apolo, y como sea, cueste lo que cueste lo encontraré...- Dije aceptando aquella orden. Me levanté de la silla que estaba al lado de la diosa y me volteé para verla a ella. -Tenga por seguro que ese mensaje llegará a oídos de Apolo... no le fallaré- comenté a continuación y levanté la caja de mi armadura colgándola nuevamente en mi espalda y desaparecí por la gran puerta para ya comenzar con mi camino hacia donde quiera que esté ese dios a quien debía encontrar.

por Samantha Dom Ene 30, 2011 7:10 pm

Samantha tan solo observaba como sus fantasma se paraban en iba con gran rapidez a ejecutar las ordenes impuestas de aquella diosa del caos y la discordia, suspirando tan solo surcaba un cálida sonrisa pues en mente preocupada estaba por si algo malo les pasaba, acto seguido se despertaba de sus locas ideas al sentir como su fantasma del hambre la abrazaba con gran calidez, aquella suspiro y simplemente dijo a ambas:

-Cuídense por lo que mas quieran y no tarde, pues las necesito aquí, las espero con un rico banquete en lo que yo aclaro mis asuntos con su hermano Alucard, cuídense y vayan con mi bendición, recuerde que tan solo deben de alzar su cosmos en cuestiones de peligro y yo ahí estaré protegiéndolas mis queridas hijas del Hambre y de la muerte.

Dicho eso tan solo vio como se apartaba de su ceno aquellas mujeres, toda circunspecta miraba el frente, viendo como aun Alucard no acataba las reglas, un poco molesta se levanto y dijo:

Por lo visto eres lento fantasma del rencor, ven sígueme mis aposentos esta en el lado izquierdo de este pasillo ahí veras al final una enorme puerta de cristal esa es mi recamara arréglala para que yo vaya y me pueda bañar,. Después platicaremos de los asuntos matrimoniales de estos mortales, vete que no te quiero ver aquí sin hace nada, tan solo tragando viento.

Dicho eso la mujer se dio media vuelta y se sentó esperando aquel aquel ser se retirara o hiciera algo, mas bien que digiera algo.

por Lydia Miér Feb 02, 2011 10:33 pm

Con un destello morado y un delicioso aroma a jazmines la dios del amor y la lujuria llegó al templo de la diosa de la discordia, este distaba mucho ser el templo lleno de fulgor que antes la diosa del amor había tenido la gracia de visitar, pero para haber sido destruido por el tiempo y los humanos estaba en perfectas condiciones por el poder de la diosa de la discordia; con algo arrogancia propia de la princesa de Roma y del rango que ostentaba, la diosa del amor y la lujuria Lydia pasó su vista sobre el trono en el que estaba sentada su prima Samantha.

-Hola mi querida prima, es un gusto verte en este lugar tan... tan hermoso- dijo Lydia mientras avanzaba contorneando sus caderas y caminaba con ese aire sensual que tanto le pertenecía, en hermosa parsimonia la mujer de cabellos negros rodeó el trono de su prima y en un acto retorcido de lujuria se sentó en la brazera libre del trono de Samantha y se acercó al oído de su prima para decirle con tono aterciopelado.

-Te ha sentado bastante bien el ser la diosa de la discordia, ya sabia yo que esa energía que mostraste con el imbécil de SOlomon era propia de tí... Casi la misma naturaleza.- Lydia pasó su lengua por debajo de la oreja de su prima y rió como si fuera una loca, pues siempre el actuar así con su prima le divertia de sobremanera, era una especie de juego absurdo que estaba segura nadie entendería jamás en la vida.

-Como ves he venido a verte, has tenido un lindo detalle al mandarme un pichón blanco para darme el mensaje- Lydia pasó su dedo índice por el cuello de la diosa de la discorida y poso su vista sobre el fantasma de Eris que estaba de pie como si fuera un armatoste y esperó la reacción de su prima.

por Samantha Miér Feb 02, 2011 10:40 pm

Sus ojos cubiertos con sus parpados estaban, sus gruesos labios humectados por su saliva tras relamer constantemente tales carnosidades… perduraban; y sus piernas desnudadas hasta los muslos, pues el entrecruzar de sus piernas, así lo disponían. Samantha quien yacía en la comodidad de su trono, pensaba el como trataría a su prima y su hermano apenas y entraran a su hogar…con respecto al tema de la alianza.

Suspirando y abriendo sus ojos proyecto su vista al frente, pues de la nada un portal espacio y tiempo se abría, derrochando un aroma a jazmín y un tinte índigo, la Diosa del la discordia curvó una sonrisa y bajo su mirada, pues sabia muy bien a quien pertenecía aquella sombra que se esbozaba grisáceamente en su piso de mármol.

-El gusto es el mío, al verla usted pisando con su puros pies mi piso de mármol, sea usted bienvenida mi diosa de lujuria y amor… mi querida prima Lydia, princesa de roma (Samantha contesto al saludo de su prima)

Después la Diosa de la discordia seguía con su mirada el sincronizado danzar de su prima… siempre tan sensual, tan incitadora, esta no pudo evitar y una sonrisa tierna marco en sus labios, de reojo veía como Lydia circundaba su trono y así en acto seguido se sentaba en el brazo derecho del sitial del caos, Samantha relamía sus labios y así simplemente puso su mano diestra sobre la carnosa pierna de Lydia, para tan solo escuchar los susurros de su prima, contestándole del mismo modo al ladear su rostro:

-Y a usted bella dama le queda a la perfección ser Afrodita encarnada, toda una exquisitez, pero no amarguemos nuestro rencuentro mi querida diosa lasciva, con tan solo nombrar el asqueroso nombre mortal de mi hermano… eso será después (surcando aun mas sus sonrisa)

Samantha suspiro al sentir la lengua carnosa y húmeda de aquella Diosa retorcida por debajo de su oreja, cerrando sus ojos la Diosa del caos y la discordia escucho lo último que su querida prima pronuncio, viendo como despegaba su mirada y la proyectaba a Alucard, Samantha seria se puso y posteriormente alzo su brazo izquierdo reposando su mano entre la mejilla de la diosa, para que con delicadeza le girara de nuevo para verse así frente a frente, dibujando con su pulgar la comisura de sus labios carmín, Samantha le guiño un ojo, enternecida sonrió y dijo:

-¿Pichón blanco? Tengo entendido que mande a mi fantasma del hambre, pero esa mujer esta idiotizada con un berseker de Ares, por lo que veo hizo todo menos mis ordenes, por lo menos llego mi invitación a usted niña (Acercando su rostro al de ella para inhalar mas de cerca su perfume dulzón) Lydia el tema a tratar es de que te alíes conmigo en contra de los demás dioses, pero en dos en especial, una es mujer y otro hombre… mas luego hablaremos de esto, la otra cosa hermosa que te tengo que notificar, mi suculenta diosa es que quiero que mi mellizo Richard donde Apolo surgió, a que se una a nosotros, no tienes mucho que lo vistes eso tengo bien sabido, tus juegos de seducción genero la cancelación de la boda de mi hermano con aquella esclava hispana, Afrodita me sorprendes, siempre la que causa los caos como ese soy yo, mes has ganado la jugada… ¿es acaso que quieres intercambia de papeles? Se me haría demasiado fácil encantar a los hombres o tú que crees prima ¿no doy el porte? … jajajaaja

Sobando la pierna de su querida prima, Samantha espero sus respuestas y reacciones corporales al tema que estaba flotando entre el ambiente de aquel palacio oscuro.

por Richard Vie Feb 04, 2011 12:31 pm

En las afueras del templo de la discordia, aquel lugar lleno de destrucción y rodeado de un aroma a dolor, sufrimiento y desesperación llegue en mi dorado carruaje, siempre me gustaba dar una entrada diferente y hacía tiempo que no veía el mundo, había cambiado Roma desde mi última visita, sin embargo, no estaba allí de paseo, sin esperar un segundo baje de mi carruaje encendí mi cosmos para que se enteraran de mi llegada, no espere a Cassie solo pronuncie unas palabras, no causes estragos aquí, bueno a menos que yo te lo diga y sígueme, debo hablar con mi hermana y alguien que te alegrara ver jajaja, la presencia de Lydia era inconfundible en aquel nefasto lugar, camine sin parar y el eco de mis pisadas se escuchaba por todo el lugar, continúe mi caminar hasta llegar a un gran salón, a lo lejos en aquel sitio, dos siluetas pude divisar, Eris y Afrodita en un encuentro algo divertido para mis ojos, avance sin pronunciar palabra alguna y me desvanecí en el camino para aparecer detrás de mi prima y mi hermana.

No han cambiado, las eras las tratan muy bien a las dos, dije en un tono frio y pícaro, inhale el aroma de Samantha a quien hace tiempo no veía y luego el de Lydia, les di una abrazo a ambas desde sus espaldas, sobe sus vientres y un beso a cada una le di en sus mejillas y luego otro en sus cuellos, volví a desvanecerme y a aparecer delante suyo.

Querida Samantha, mi melliza, Eris, mi hermana destructiva, tiempo sin verte, se me hace raro que a estas alturas aun el mundo no haya entrado en caos y desesperación, pero para eso está tu hermano aquí, jajaja, al terminar mis acciones y mis palabras solo calle, a la espera de la reacción de ambas.

por Cassie Vie Feb 04, 2011 2:00 pm

El cielo embravecido bramaba y se encrespaba con cada curtir del viento eufórico. Ahí la tierra era estéril y el panorama de las nubes parecía que el palacio de la discordia esta en medio de un eufórico incendio infernal, el carruaje dorado arribo pro entre los jardines poco ortodoxos de aquella zona alejada de Grecia, la mujer salto y abrió la puertezuela para dar paso a que su deidad comenzara a admirar tan bizarra belleza, la mujer simplemente en silencio escuchaba las recomendaciones de aquel hombre, suspiro y cabizbaja se encamino en pisar la sombra de Apolo.

De La nada aquellas palabras que su dios escupía con gran petulancia hacia que la musa de Clío muy ofendida se pusiera pero aun así no pudo refutar pues sabia muy bien que aquel ser era superior a ella, suspiro y siguió con los puños apretujados, mientras sentí s cada segundo aquel cosmos que le asqueaba desde algunos ayeres, de aquella diosa que hizo u el amor que tenia por Richard se disipara fácilmente.

Y la entrada se hizo visible para su ojos, una luz y después la silueta de dos mujeres hermosas estando muy cerca de una manera algo lujuriosa, Cassie, bajo la mirada y simplemente con humildad se postro mostrado sus respetos, de repente Apolo desaparecía y reaparecía por sus espaldas, para así mostrar un cariño que hería interiormente el corazón de la musa, mas no hizo nada, solo con el rostro bajado y oculto entre la oscuridad soltaba sus lagrimas de humillación, el señor del sol hablaba de temas que a Cassie no tenía que importarle por lo que parándose la muer aun agachado dijo:

-Si mi permite mis dioses me retiro de esta sala, pues es claro que los temas a tratar no son de la incumbencia de un simple mortal… me da mucho gusto verla señorita Samantha, Diosa Afrodita (apretando su puños con as fuerza) me retiro estaré entre los jardines pendiente si se suscita algo…

La mujer dio media vuelta y comenzó a caminar, mientras alzaba su rostro y sus lagrimas por fin corría, llegando a la puerta la muer poso su manso derecha y giro la perilla para si salir de aquella sala divina y desaparecer un rato…

por Samantha Vie Feb 04, 2011 2:37 pm

Y la presencia del dios del sol se hizo notoria entre las paredes de aquella sala enorme, Samantha surco una sonrisa macabra y suspiro mientras dejaba de repasar sus manso entre la piel tierna de aquella pierna de Lydia, para así simplemente posarla por sobe la rodilla de dicha mujer, viendo el frente notaba como Apolo entraba triunfante en su humilde morada, y con ello la presencia de su musa abnegada, esta miro algo extraña pues era Cassie la que representaba a Clío, rasco su mejilla y le susurro a Lydia de una forma burlona:

-Mira quien esta aquí, ¿Qué se van desgreñar por la atención de este patético hombre? Jaja mira que viene que se la come la ira de adentro hacia afuera, mirad el exitoso fruto de tus juegos… pero somos diosas y eso en verdad es patético jajaja.

Después vio como Apolo aparecía por detrás de ellas susurrándole algunas palabras a lo cual, Eris contesto:

-Gracias mi querido dios del Sol, usted igual no se queda atrás siempre tan gallardo… tan puntual.

Surco una sonrisa y se dejo tocar por ese dios al igual que Lydia, un beso en la mejilla, un rose de vientres otro profundo beso en el cuello, que generaba el sonrojar de Samantha, después esta desaparecía y ahora se presentaba frente a las deidades lujuriosas de esa era, hablando una vez mas, a lo cual Samantha sin esperar respuestas de Lydia Contesto por si sola:

Hermano mellizo Richard, dios Apolo aquel que mueve a su antojo el sol… tiempo sin verte corazón, jaja a lo que dices de por que no e empezado el caos ene esta porquería de mundo es peor que los esperaba a ambos para así entablar unos temas, a los cuales quiero pedirles un favor enorme, mirad que la cosa no esta tan fácil, muchos dioses aparecieron en esta época de supuesta bonanza y eso a mi me causa asco es momento de radicar a las basuras que nos estorben para nuestro cometidos de conquista… jajaja

Dicho eso recargo su rostro en un costado de Lydia y espero respuesta tanto de su prima como de su hermano. Después con algo de aburrimiento vio como Cassie se alejaba, no tomándole importancia siguió esperando as reacciones de ambas deidades olímpicas.

Ordenes de pastear: Lydia, Richard y Samantha

por Lydia Dom Feb 06, 2011 10:36 pm

Lydia no puedo evitar reírse sonoramente al escuchar la pregunta de su prima acerca de si daría la talla para ser como ella y ocupar su lugar, pero antes de contestar esto tenía que hablar con su prima acerca de la fantasma que decía ella, no cumpliría su orden, no quería que ella pensara que su fantasma le era desleal, ya era suficiente con lo que había heco al causar la confusión por parte de la musa de su primo el dios del sol, ahora no podía darse ese lujo con Eris, por lo que dijo con tranquilidad:

-Samantha te confundes, el mensaje de tu invitación me llegó por ese pichón cuando estaba en las recámaras del senado, y fue por tu fantasma que el mismo estuvo conmigo, si no jamás hubiera sabido que me querías ver en este lugar.- Una vez dicho esto la diosa el amor y la lujuria acarició los cabellos de su prima mientras cerraba los ojos sintiendo la mano de la diosa de la discordia sobre su muslo y luego de suspirar profundamente siguió con su diálogo.- No es que quise tomar tu lugar, pero sabes que yo no puedo resistirme a tus hermanos les tengo... Cierta debilidad y lo sabes.

Afrodita sonrió como siempre y abrió su boca para decir algo más, pero no pudo decir nada porque la presencia de un cosmos la interrumpió, era un cosmos con el que antes había estado en contacto y que había hecho que se pusiera alerta recordando a la joven musa que se fue de ese sitio basatante molesta y que también podía sentir en ese lugar, lo que menos quería ella era que se armara un escándalo en tal sitio.

Los minutos transcurrieron y su primo al fin llegó con esa musa que no tragaba para nada a la diosa pero que se excusó y se fue para darle gusto a su dios, quien antes de que ella se fuera se acercó a ambas para darles un abrazo acompañado de un beso en la mejilla y otro más lujurioso en su cuello haciendo que ella se estremeciera, luego como siempre su prima salió con un comentaro un tanto insidioso ante el cual ella contestó:

-Prima me desconcertas... Ni antes que vivía enamorada de Solomon hacía nada por tener su atención sino hasta cuando ya fue muy tarde.... Crees tú que ahora voy a pelear por la atención de Apolo? No pues eso es imposible- Lydia rió a carcajadas mirando a su primo, porque la idea le parecía rara, además que ella sólo haría eso por alguien de quien estuviera enamorada y por ahora estaba bastante prendada de Zeus así que por el talvez podría actuar de esa manera.

Pronto el rostro de su prima se cargaba sobre el hombro de la princesa de Roma mientras ella pensaba en lo que iba a contestar, la verdad era que la idea le parecía bastante interesante y si formaba una alianza con ella las cosas serían mejores hasta para su ángel del amor, pero no sabía hasta qué punto podría seguir esa aliaza, además ella quería estar al lado de Zeus, motivo porp el cual no pensaba ponerse en alianzas que fueran en su contra, por lo que al final decidió contestar a su prima:

-Yo te ayudaré en lo que pueda y de paso le diré a Zeus que haga lo mismo, sé que al principio no querrá, pero yo sabré cómo convencerlo, sólo me gustaría que mi ángel del amor no fuera maltratada por tus fantasmas de la guerra, es que ella es tan linda y me despierta sentimientos maternales, por eos no puedo dejar de velar por su seguridad.

Lydia cerró sus ojos y pensó en Lin, la había mandado sola al palacio a investigar, pero algo le decía que Diva ya no era la misma de antes y que lo que tenía que hacer era cuidarla de ella y de todos en el palacio, por lo que a pesar de cuanto deseaba ver de nuevo a su amante tendría que pasar primero por ella para ver como se encontraba,

-Dime no te gustaría que nos ayudara también? Lo primero que quiero hacer es que Egipto caiga seguido de Roma, por lo que su poder podría ser bastante útil... No sé que piensen ustedes....- Afrodita dijo esto y miró primero a Richard esperando su respuesta, luego también miró a Samantha puesto que temía por el accionar de los dos al proponer ella tal cosa.

por Richard Lun Feb 07, 2011 8:54 am

Luego de mia aparicion y unos instantes mas tarde Cassie se levanto y luego de decir algunas palabras se marcho de aquel salon, sabia que aunque estuviese con un profundo rencor hacia mis actos, aun le dolia lo que acababa de hacer, ascenti con la cebeza y segui con la mirada altiva, observando a mi hermana y a mi prima, Samantha manifesto su penzar y lo que queria, su propuesta era interesante, ademas, mi dispocicion en aquella era era solo destruir el mundo, aquel mundo profanado y que me llenaba de asco, luego de las palanbras de aquella discordiosa mujer se expreso Lydia, aquella lujuriosa diosa, solo las escuche para cuando fuese el momento hablar.

Samantha, sabes mejor que nadie que siempre he odiado a todo ser que se arrastra por la tierra, bueno tu fuistes una ed esas exepciones, pero eso no es a debatir, quiero la caida de Roma, gire mi rostro a Lydia, pero como esta exitante diosa, quiero que caiga Egipto primero, que los romanos se regocigen con la caida de aquel reino del desierto y luego lloren en sus propios escombros, jajaajaja, mi intencion era ayudar, estaba dispuesto a aliarme con quien fuera solo para que la tierra callera en ruinas por completo y todos los humanos perecieran y cualquier dios en el camino, un viento frio soplo con gran poder y pasion, mis cabellos se movian en él, quisiera tambien que tus fantasmas no ataquen a mi musa, ha sido mi apoyo por mucho tiempo y aun con lo sucedido mantiene su lealtad, posse en mi rsotro una risa algo fria y burlona, y un brillo lujurioso en mis ojos, con ganas de hacer horrores en la cara de Lydia, pero aun es fiel a mi y mantiene su lugar y respeto para con los dioses, jejeje, mire nuevamente a la diosa de la belleza, creo que puedes manipular o converser a mi padre Lydia, si tu no puedes, no se quien podra jajaja, a ver si esta era hace algo util y no desaparese como un caberdo, como suele suceder en cada guerra jajaja, luego de aquellas palabras calle, solo a espera de la reaccion de las damas olimpicas.

por Contenido patrocinado

Salón Principal

Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal

Re: Salón Principal