Inmediaciones del distrito Tiber

La mujer había caminado un buen rato, abrazando aquel extraño ser miniatura, que tras haber declinado en seguir el proceder de su hermana lo había encontrado. Suspirando la mujer llegaba a las inmediaciones de aquel distrito bajo del Tiber, soltando a su amiguito rastrero la mujer se sentó en el suelo, rasco sus largos cabellos y con un dolor admiro el paso del tiempo en aquel cielo oscuro lleno de estrellas.

Su ojo derecho se puso acuoso mas no lloro, eso se lo dejaba a los mortales débiles, ya que Alessa ya había entendido que muerta estaba y que tan solo era un títere movido por el viento burlón. Pasó el tiempo y vio como la luna salió de entre las montañas maltrechas derrochando su argentinado brillo por todo aquel lugar, las copas de los árboles se iluminaron plateadamente haciendo que el verde de sus hojas, el negro d la noche y el blanco de la luz de la luna se cambiaran y formara tonalidades tipo jade.

El pasto se chapeaba de colores brillantes y as flores del derredor se alzaban triunfantes tras expedir un fulgor multicolor, provocando el hipnotizar de los sentidos de la estrella desdichada de la pereza.

La mascota de Alessa se acerco a ella y lamio con mesura la ano derecha de esta, causando el surcar de una aliviada sonrisa, girando su rostro hacia el lado izquierdo la mujer pudo ver una hermosa flor blanca que en sus puntas chapea estaba con matices rosados y anaranjados, tal parecía que era una especie de orquídea salvaje, llamándole un poco la atención la mujer se levanto de su asiento y camino hacia donde estaba aquella planta meciéndose de lado a lado sincrónicamente con el paso del viento. Fijando bien su mirada la mujer surco una sonrisa exagerada y alzando su brazo izquierdo con gran arrebate le corto del tallo, llevándosela a su nariz y olfateando el dulzón néctar que albergaba en su centro, suspiro y dijo:

-Se parece mucho al brochecito de mi hermana, me la llevare conmigo, la nutriré con mi cosmos para que no se marchite en un buen tiempo, pues mi camino a tomado nuevo rumbo… Perséfone despertó y ya reunida con Astrid esta… ¿El como lo se? No se, simplemente lo se y punto… pero es momento de rastrear su cosmos y llegar a ellas… antes de que sea demasiado tare y la guerra comience sin antes medir aquella diosa.

Suspirando la mujer comenzó a caminar en dirección al este, para así girar su rostro y clavar la mirada hacia el suelo viendo a su mascota, diciéndole:

-Vámonos Chona que si no te quedas atrás… ahí un largo camino que recorrer y el tiempo corto es…

La mujer comenzó una vez mas a retomar su paso y se alejo de aquel lugar sin ver atrás, sin deseos de despedirse de su hermana… solo se fue como había llegado sin tanto apabulle de por medio…